Con miles de años de historia y fascinantes contrastes, Marruecos sigue siendo una tierra misteriosa: cercana y a la vez lejana. De ciudades antiguas a paisajes desérticos, de mercados vibrantes a las majestuosas cumbres del Atlas, Marrakech es un lugar donde cultura, tradición y belleza natural se entrelazan en una experiencia inolvidable.
1) La arquitectura morisca de la Ciudad Roja
Marrakech es una ciudad única, un lugar donde todo se mezcla, donde los sonidos de los mercados tradicionales se entremezclan con la arquitectura árabe y las tradiciones milenarias. Un viaje a Marrakech es una inmersión en un mundo de colores vibrantes, olores envolventes y una cálida hospitalidad que recibe a los viajeros con los brazos abiertos.
El horizonte de Marrakech está dominado por la Koutoubiala majestuosa mezquita del siglo XII. Con sus altos minaretes y su rica decoración, es el sello arquitectónico de la ciudad. Los Palacios Reales, como el Palacio Bahía y el Palacio El Badirevelan a los visitantes la suntuosa arquitectura morisca con sus patios interiores, exuberantes jardines y detalles artísticos.
2) La magia de la Medina: laberinto de callejuelas y zocos fascinantes
La Medina es el corazón palpitante de Marrakech, la ciudad vieja declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Las estrechas callejuelas de la Medina son un laberinto de descubrimientos, donde es probable que los turistas se pierdan entre los puestos de fragantes especias, telas de colores e inconfundibles cerámicas hechas a mano.
La plaza mayor, Djemaa el-Fna, cobra vida al atardecer con artistas callejeros, músicos y puestos de comida tradicional marroquí. La cocina marroquí es una sinfonía de sabores y aromas. Desde ricos y picantes tajines hasta delicados pasteles tradicionales, cada plato es una celebración de ingredientes frescos y especias aromáticas. Aquí, en la plaza Djemaa el-Fna, los restaurantes locales y los cafés de las plazas ofrecen la oportunidad de degustar la auténtica cocina marroquí en un ambiente encantador.
3)Un viaje sensorial por los Jardines Encantados: Jardín Majorelle y Menara
El Jardín Majorelle es una obra de arte al aire libreuna obra maestra botánica creada por el pintor francés Jacques Majorelle en las décadas de 1920 y 1930. Este jardín, también conocido como «El Jardín Azul», es un derroche de color, con sus caminos pavimentados en azul cobalto, amarillo brillante y verde esmeralda. Palmeras, cactus y plantas exóticas se erigen como obras de arte entre fuentes y estanques de agua.
La belleza del Jardín Majorelle se ve realzada por la presencia de elegantes edificios moriscos, como la Villa Oasis, residencia personal de Yves Saint Laurent y Pierre Bergéque recuperó y restauró el jardín en 1980. Hoy, el jardín alberga un museo dedicado a la obra de Yves Saint Laurent y ofrece a los visitantes una extraordinaria experiencia entre naturaleza y arte.
Los jardines de la Menara, situados a los pies del Atlas, son un oasis de tranquilidad y belleza natural.. El jardín está construido en torno a un gran estanque artificial, creando un espejo de agua que capta la esencia de la naturaleza circundante y el cielo azul. En medio del jardín, un pabellón de estilo morisco ofrece un mirador privilegiado sobre las montañas circundantes y la puesta de sol.
Menara es más que un jardín: es un lugar cargado de historia. Construido en el siglo XII, el pabellón árabe y la pila de agua eran originalmente un sistema hidráulico para regar los campos circundantes. Hoy, el jardín es un refugio para los que buscan paz y reflexión, y ofrece un descanso del ajetreo de la ciudad.
Sólo hay tres razones para visitar Marrakech
Hay más de tres razones para visitar Marrakech, Marruecos es un destino magnífico para todo tipo de vacaciones y para todos los viajeros. Descubrir esta importante ciudad donde se mezclan las culturas africana y europea es un privilegio para cualquiera que tenga la oportunidad. Cada año, millones de viajeros llegan a Marrakech y se enamoran perdidamente de ella.
