El misterio del Paricutín, el volcán nacido de la nada en 1943

vulcano Paricutín

l sol estaba alto aquel 20 de febrero de 1943, cuando Dionisio Pulido, un campesino de origen humilde de Michoacán, trabajaba su campo de maíz a pocos kilómetros del pueblo de Paricutín. Era un hombre sencillo, acostumbrado al trabajo de la tierra, al carácter cíclico de las estaciones y al ritmo lento de la vida rural mexicana.

Pero aquel día nada sería normal. Pulido lo recordó años después:

«Estaba escardando maíz como todas las mañanas, cuando la tierra que tenía debajo empezó a temblar y a elevarse, como si respirara. Nunca había visto nada igual. Del suelo surgió un silbido, un sonido que me heló la sangre. Luego, en unos instantes, apareció una fisura de la que empezaron a salir humo, ceniza y piedras incandescentes. . Mi tierra, mi vida, todo estaba cambiando ante mis ojos».

Sin dudarlo, Dionisio cogió a su mujer y las pocas pertenencias que podían salvarse y huyó despavorido del campamento. Detrás de ellos, la tierra seguía elevándose, y un pequeño cono de ceniza empezó a crecer, convirtiéndose día a día en una verdadera montaña. Pulido se convirtió así en testigo directo del nacimiento del Paricutín, el volcán que cambiaría para siempre el paisaje y la historia de Michoacán.

El volcán crece: asombro y terror en Paricutín

En pocos días, lo que era un simple maizal se convirtió en un cráter humeante. Pero, ¿por qué el volcán Paricutín creció tan rápidamente en altura?

Cuando el suelo se abrió, el magma ascendió desde el subsuelo y, al encontrarse con las capas freáticas, generó explosiones de vapor, ceniza y gas. Cada chorro de lapilli, ceniza y lava caía alrededor de la boca eruptiva, acumulándose capa sobre capa, hasta construir un verdadero cono volcánico.

  • En los primeros días, el cono ya alcanzó decenas de metros.

  • Al cabo de una semana, superaba los 50 metros.

  • Al cabo de un año, había superado los 400 metros.

El Paricutín crecía día tras día, ofreciendo al mundo un espectáculo poco frecuente: el nacimiento completo de un volcán monogenético, de principio a fin. Dionisio Pulido lo observaba todo con asombro y terror, siendo testigo del increíble poder de la naturaleza en tiempo real.

Reacciones de la sociedad y de los medios de comunicación

La población local quedó atrapada entre el asombro y el miedo. Para los campesinos purépechas, un volcán surgido de la nada era algo incomprensible y casi sobrenatural: muchos huyeron inmediatamente de los campos y de los pueblos cercanos.

  • Algunos vieron el suceso como una señal divina, una advertencia o un castigo.

  • Otros intentaron salvar lo que pudieron de los pueblos y trasladar ganado y cultivos.

Los medios de comunicación mexicanos e internacionales no tardaron en llegar al lugar: periodistas, fotógrafos y científicos describieron el misterioso nacimiento del volcán como un fenómeno único en la historia moderna. La prensa habló de campos sepultados por la lava, casas devoradas y familias obligadas a refugiarse en otros lugares.

Las autoridades locales organizaron evacuaciones y tareas de socorro, pero el suceso fue tan impredecible que gran parte de la población tuvo que recurrir a sus propios recursos. Algunas familias lo perdieron todo, mientras que otras, como la de Dionisio Pulido, se convirtieron en testigos directos de un milagro geológico.

Dioniso Pulido, un hombre sencillo pero valiente, contaba a menudo su miedo e incredulidad ante la lava que devoraba sus tierras y campos, dejando a las generaciones futuras una historia única de resistencia humana:

«Cada día era diferente. La montaña crecía ante nuestros ojos. Sentíamos temblar la tierra y veíamos cómo la ceniza lo envolvía todo. Era como si el mundo entero estuviera cambiando, y nosotros fuéramos espectadores impotentes».

Iglesia hundida de San Juan Parangaricutiro
Iglesia hundida de San Juan Parangaricutiro – De Wikipedia

Pueblos enterrados y la iglesia sumergida por la misteriosa erupción del Paricutín

El volcán Par icutín trajo a la zona una destrucción material sin precedentes, pero afortunadamente sin víctimas directas. Las aldeas de Paricutín y San Juan Parangaricutiro quedaron sumergidas en la lava, y miles de personas tuvieron que abandonar sus hogares y campos cultivados durante generaciones.

Una de las imágenes más icónicas que ha quedado es la iglesia sumergida de San Juan Parangaricutiro. Todas las casas y edificios fueron engullidos por la lava, pero la torre de la iglesia aún sobresale de la lava solidificada, como símbolo de resistencia y memoria histórica. Caminando por los campos de lava negra, los visitantes pueden ver esta «isla» sagrada que les recuerda la fuerza de la naturaleza y la fragilidad del hombre.

Dionisio Pulido y su familia experimentaron el trauma de perder sus raíces culturales y materiales. En sus palabras

«Ver mi hogar engullido por la lava fue como perder una parte de mí. La tierra por la que había caminado toda mi vida había desaparecido. Pero estábamos vivos, y eso nos dio fuerzas para empezar de nuevo en otro lugar».

Hoy, Dioniso Pulido es recordado como el campesino que presenció el misterioso nacimiento del Paricutín, una figura simbólica que representa el valor, el asombro y la vulnerabilidad del hombre frente a la naturaleza.

Volcán Paricutín

El volcán Paricutín recorre paisajes apocalípticos

Hoy en día, Paricutín es uno de los destinos vulcanológicos más fascinantes del mundo. Los visitantes pueden explorar los campos de lava a caballo o a pie, partiendo del pueblo de Angahuan, habitado por la comunidad purépecha, e imaginar las emociones que experimentó Dionisio Pulido al presenciar el nacimiento del volcán.

Los guías locales acompañan a los visitantes por los senderos negros y los cráteres extinguidos hasta el campanario de la iglesia sumergida, símbolo histórico y visual de un pueblo engullido por la lava.

Un símbolo del poder de la naturaleza

El Paricutín permaneció activo durante nueve años, de 1943 a 1952, antes de entrar en estado latente. Hoy se considera un«volcán monogenético»: nacido, criado y agotado en una sola generación.

Pero más que una curiosidad geológica, el Paricutín se ha convertido en un símbolo de la fuerza primordial de la naturaleza, que nos recuerda lo frágil que es la presencia del hombre en el planeta.

Cómo visitar el volcán Paricutín

  • Dónde se encuentra el volcán Paricutín : estado de Michoacán, oeste de México, no lejos de la ciudad de Uruapan.

  • Cómo llegar al volcán Paricutín : desde Uruapan te diriges al pueblo de Angahuan, punto de partida de las excursiones.

  • Cómo visitar Paricutín : paseos a caballo o excursiones guiadas de senderismo al volcán y a la iglesia hundida.

  • Mejor época: De noviembre a marzo, durante la estación seca.

Por qué visitar el volcán Paricutín

Un viaje al Paricutín no es sólo ver un volcán: es caminar por la historia, por los lugares donde un simple campesino como Dionisio Pulido fue testigo del misterio del nacimiento de una montaña de la nada, testigo del poder de la naturaleza y de la resistencia humana. La iglesia sumergida, que aún emerge de la lava, convierte el paisaje en una experiencia visual y emocional única, entre el mito, la ciencia y la memoria.