Amantes de los gatos, este artículo os dejará boquiabiertos, ¿habéis oído hablar alguna vez de la leyenda del gato de 6 dedos? Los gatos polidáctilos son descendientes del mítico Bola de Nieve, el gato de 6 dedos tan querido por Ernest Hemingway. Este extraño gato y el escritor vivieron tranquilos años en Florida, en la maravillosa villa de la isla de Cayo Hueso, que aún hoy es visitada por mucha gente sólo para ver a estos gatos tan especiales.
Los gatos polidáctilos son una curiosa variedad de felinos que presentan una mutación genética que los hace únicos: en lugar de tener el número normal de dedos (cinco en las patas delanteras y cuatro en las traseras), estos gatos tienen uno o más dedos de más, normalmente seis. Esta afección se conoce como polidactilismo y es el resultado de un gen recesivo que, cuando está presente, provoca la formación de dedos adicionales durante el desarrollo embrionario.
El polidactilismo en los gatos no es infrecuente, sobre todo en ciertas regiones como Nueva Inglaterra y, en particular, Cayo Hueso, donde la población de gatos de seis dedos es particularmente numerosa. Esta característica física los hace inmediatamente reconocibles y fascinantes, hasta el punto de que muchos los aprecian como una curiosidad natural. Los dedos adicionales no son sólo un fenómeno estético: en algunos casos, se cree que estos dedos adicionales pueden conferir a los gatos polidáctilos una mayor agilidad y destreza, características que los convierten en hábiles cazadores.
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La Villa del Gato de 6 Dedos en Cayo Hueso
La casa de Ernest Hemingway en Cayo Hueso, ahora convertida en museo, es un lugar impregnado de historia, literatura y un toque de magia. Esta mansión, situada en el 907 de Whitehead Street, no es sólo la residencia donde el autor escribió algunas de sus obras más famosas, sino también un refugio para gatos, muchos de ellos polidáctilos, con la característica de tener seis dedos en las patas.
Cuando Hemingway se trasladó a Cayo Hueso en 1931, trajo consigo una gran pasión por los animales, en particular los gatos. Se dice que, poco después de instalarse, empezó a adoptar gatos locales, muchos de los cuales tenían la singular mutación del polidactilismo. La presencia de estos felinos se convirtió en un rasgo distintivo de la villa, hasta el punto de que hoy también se la conoce como la«Villa de los Gatos de 6 Dedos«.
La casa de Hemingway está rodeada por un gran jardín, donde los gatos pueden campar a sus anchas. Hoy en día, los descendientes directos de Snowball, el famoso gato polidáctilo de Hemingway, siguen viviendo en estos jardines. Los gatos de Hemingway son una verdadera atracción turística: con su aspecto característico, sus patas adicionales y su comportamiento afectuoso, forman parte de la historia de Cayo Hueso. Los visitantes de Cayo Hueso no sólo exploran las habitaciones donde vivió y escribió el escritor, sino que también se encuentran con estos encantadores gatos que siguen siendo un símbolo de la casa y su legado.
La descendencia de Bola de Nieve, el gato de 6 dedos, de Ernest Hemingway
Muchos de los gatos de seis dedos que viven hoy en la Casa Hemingway de Cayo Hueso se consideran descendientes directos de Snowball, el famoso gato polidáctilo de Hemingway. Cuenta la leyenda que Hemingway apreciaba tanto a sus gatos que los dejó criar libremente en su mansión, creando una pequeña colonia de gatos de seis dedos.
Snowball, el primero y quizá el más famoso de los gatos polidáctilos de Hemingway, tenía un vínculo especial con el escritor, y se dice que Hemingway lo quería tanto que casi lo consideraba un compañero inseparable. A partir de Bola de Nieve, se ha desarrollado una numerosa estirpe de gatos con la misma característica de tener seis dedos. Los gatos que viven hoy en la Casa Hemingway, muchos de los cuales son polidáctilos, son en gran parte descendientes de Bola de Nieve, y han sido apreciados y protegidos por la familia y el museo.
Estos gatos siguen siendo una parte importante del patrimonio de la casa y constituyen una de las principales atracciones turísticas de Cayo Hueso. Cada vez que un visitante pasea por los jardines de la mansión, tiene la oportunidad de encontrarse con uno de los descendientes de Bola de Nieve, que parece seguir viviendo como símbolo del amor de Hemingway por sus extraños felinos.
